El parsimonioso Will Hunting
En la casa (Dans la maison, François Ozon 2012), basada en una obra teatral de Juan Mayorga, El chico de la última fila, explora por enésima vez en el cine la relación alumno-profesor, cuando el alumno es un poquito especial o fuera de lo corriente, y el profesor toma interés por él. Algo muy alejado del trabajo diario de quienes conocemos las aulas, la verdad.
Vista por algún que otro gafapasta como una crítica a la clase media, o al voyeurismo imperante en la sociedad, Ozon plantea el argumento como un thriller de suspense que bebe del concepto central de Las mil y una noches. El alumno Claude es Scheherazade, y el profesor de literatura Germain el sultán, al igual que el espectador, que es arrastrado por la incógnita de cómo acabará un relato entrecortado que conjuga drama, sexualidad y amoralidad.
Un desenlace pobre y alguna escena de escasa credibilidad, perdonada por la posibilidad de que lo visto sea ficción, le restan un par de puntos a un film más que correcto sobre un alumno brillante que no lo es tanto, con un comportamiento morboso que no lo es en absoluto. Porque el pecado está en los ojos de un triste y amargado profesor y, en última instancia, en los nuestros.
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