viernes, 7 de marzo de 2014

Poesía geek


Tus dedos acarician el teclado:
un baile lento e inseguro,
¡quién fuera barra espaciadora!

Tu mirada fija en la pantalla:
dos océanos henchidos de fuego,
¡quién fuera array de píxeles!

Tus labios susurran el password,
¡quién fuera <input>
para conocer tu secreto!

Niegas con rabia,
reinicias la danza,
maldices la hora
en que cerraste sesión

Tus ojos me observan,
suplican ayuda,
a tus ojos existo
por un breve instante

"No sé lo que pasa...",
murmuras cohibida,
"...algo habréis hecho
porque antes entraba"

Suspiro sin ganas,
me acerco a tu oído
y susurro 
"qué tal si desconectas
el Bloque Mayúsculas"

Puta bida

martes, 21 de enero de 2014

domingo, 9 de junio de 2013

Un ladrón en la alcoba

Yo tengo tu cartera, tú tienes mi reloj
Un ladrón en la alcoba (Trouble in Paradise, Ernst Lubitsch 1932) es una agradable comedia escrita por Samson Raphaelson y Grover Jones, y dirigida por el maestro Lubitsch.

Sinopsis (filmaffinity): Lily, una carterista que se hace pasar por condesa, conoce en Venecia al famoso ladrón Gaston Monescu, quien a su vez se hace pasar por barón, y se enamoran. Gaston roba al aristócrata François Fileba y huye con Lily antes de que le descubran. Casi un año después, en París, Gaston roba un bolso con diamantes incrustados a la viuda Mariette Colet, pero se lo devuelve y la cautiva de tal forma que lo contrata como secretario.

Miriam Hopkins

Acción fuera de plano, juego de puertas, puesta en escena teatral, diálogos chispeantes, coqueteo descarado... el sello personal del director está por todas partes. Es divertida, es inteligente y es un ejemplo de que el cine ya era grande hace más de 80 años.

Kay Francis

Lo más sorprendente, su final. No porque el guión contenga un giro rocambolesco o inverosímil, o por la aparición de un deux ex machina para resolver el enredo. Quizás no debería sorprendernos, al fin y al cabo es un desenlace natural. Puede que la culpa la tenga la industria cinematográfica estadounidense tras el código Hays, donde triunfa lo políticamente correcto, lo previsible, lo prefabricado.

A mí Lubitsch me arrancó una sonrisa. Yes, Sir.